¿eres una súper mujer?


Liberándote del Peso de la Perfección

Las "súper mujeres", esas figuras que parecen capaces de hacerlo todo sin agotarse ni quejarse, nacieron como una idea aparentemente revolucionaria. Surgieron durante la segunda mitad del siglo XX, en un contexto en el que las mujeres comenzaban a ocupar espacios tradicionalmente masculinos en el ámbito laboral y educativo. Este concepto parecía, en su momento, una celebración de la fuerza y la capacidad femenina. Pero en realidad, según reflexiona la psicóloga Marian Rojas Estapé, lo que se promovió fue una carga disfrazada de empoderamiento: una expectativa irreal de rendimiento extremo, sacrificio constante y perfección inalcanzable.

¿Cómo nació el concepto?

La figura de la "súper mujer" se gestó en los años 70 y 80, cuando las mujeres, tras décadas de lucha feminista, rompieron barreras para acceder a más derechos y oportunidades. Sin embargo, en lugar de liberar a las mujeres de las expectativas tradicionales, esta narrativa añadió nuevas exigencias. Ahora, además de ser madres, esposas y amas de casa ejemplares, también debían ser profesionales exitosas, cuidarse físicamente, estar emocionalmente disponibles y mantener todo en perfecto equilibrio.

Revistas, anuncios y hasta películas reforzaron este modelo, glorificando la imagen de la mujer "todopoderosa". El mensaje parecía claro: ser "súper mujer" era el máximo ideal. Pero lo que realmente hacía era colocar una carga invisible sobre los hombros de las mujeres, exigiendo que fueran más de lo que cualquier ser humano podría ser.

¿Por qué sigue vigente?

A pesar de los cuestionamientos al concepto, el ideal de la "súper mujer" continúa siendo promovido, incluso en los discursos modernos sobre empoderamiento femenino. Esto ocurre por varias razones:

  1. La sociedad valora el sacrificio: Todavía se asocia la dedicación extrema y el sacrificio personal con virtuosismo. Esto refuerza la idea de que las mujeres deben demostrar constantemente su valía a través de su esfuerzo.
  2. Las redes sociales: Plataformas como Instagram perpetúan la narrativa de la perfección, donde se muestra solo lo mejor de cada persona. Muchas mujeres sienten la presión de proyectar éxito en todas las áreas de su vida.
  3. La dificultad de desaprender: Los roles tradicionales de género están profundamente arraigados, y aunque las mujeres han ganado terreno en muchos ámbitos, las expectativas sociales sobre ellas no han disminuido.
  4. Un concepto disfrazado de empoderamiento: Ser capaz de "hacerlo todo" se vende como un símbolo de fortaleza, cuando en realidad puede ser una forma de explotación emocional y física.

El daño del ideal de la ‘súper mujer’

A pesar de que la sociedad moderna empieza a cuestionar este modelo, el concepto sigue vigente, reforzado por las redes sociales y la cultura de la comparación. Según la psicóloga Marian Rojas Estapé, este ideal genera un nivel de estrés constante que afecta tanto la mente como el cuerpo. Las mujeres atrapadas en esta narrativa suelen experimentar:

  1. Estrés crónico: Vivir en un estado de alerta permanente activa el sistema límbico y dispara la producción de cortisol, lo que puede provocar ansiedad, insomnio, fatiga y problemas metabólicos.
  2. Autoexigencia paralizante: El deseo de cumplir con todos los roles de manera impecable lleva a una sensación constante de insuficiencia, donde ningún logro es suficiente.
  3. Desconexión personal: Al priorizar las expectativas externas, muchas mujeres pierden contacto con sus deseos y necesidades internas, generando un vacío emocional.
  4. Problemas de salud física y mental: Desde enfermedades cardiovasculares hasta depresión, el costo de intentar ser una "súper mujer" puede ser devastador.

Propuesta psicológica para liberarse del ideal de la "súper mujer"

  1. Redefinir el éxito personal
    Pregúntate: ¿Qué significa para mí el éxito? Despegarte de la definición social y conectar con tus propias prioridades es clave. Puede que el éxito para ti no sea trabajar 12 horas al día ni tener la casa impecable, sino disfrutar más tiempo con tu familia, cultivar tus pasiones o simplemente descansar sin culpa.
  2. El poder del presente
    Según Marian Rojas Estapé, uno de los antídotos contra el estrés y la autoexigencia es practicar la atención plena. Esto significa estar presente en lo que haces, en lugar de preocuparte por cumplir con múltiples demandas a la vez. Cuando estás plenamente en el presente, reduces el ruido mental y las comparaciones innecesarias.
  3. Aceptar la imperfección
    La perfección no es real. Reconocerlo te libera del peso de tratar de alcanzar lo inalcanzable. Rodéate de personas que acepten tus límites y te valoren por lo que eres, no por lo que logras.
  4. Aprender a decir no
    Decir "no" no es egoísmo, es autocuidado. No puedes con todo, y está bien. Identifica tus límites y defiéndelos con firmeza.
  5. Recuperar tus pasiones
    Muchas veces, el ideal de la "súper mujer" aplasta los intereses personales. Dedica tiempo a aquello que te hace feliz y te conecta contigo misma: leer, pintar, bailar o simplemente estar en silencio.
  6. Red de apoyo
    Construye un círculo de personas con quienes puedas compartir tus emociones y cargas. Hablar y apoyarse mutuamente es una forma poderosa de romper con la presión del ideal.

Elegir ser libre, no perfecta

El concepto de la "súper mujer" no es un símbolo de fortaleza, es una carga que nos aleja de nuestra esencia. Es hora de abandonar ese traje que no nos pertenece y abrazar la posibilidad de ser reales, humanas, imperfectas y felices. Porque la verdadera fortaleza no está en cargar con todo, sino en saber cuándo soltar y priorizar lo que realmente importa.

Y si buscas un punto de partida para esta reconexión, recuerda esta frase:
"Cuando dejas de intentar ser todo para todos, te das el permiso de ser todo para ti misma."

Probablemente lo que te voy a escribir todos los domingos por aquí te ayudará a ti ó a alguien que quieres mucho