Cuando un ingrediente está clasificado como tóxico para la reproducción, significa que se ha demostrado científicamente que puede afectar la fertilidad o el desarrollo del feto en mujeres embarazadas. Esta clasificación proviene de estudios en humanos o animales y se basa en los efectos negativos observados en el sistema reproductivo.
En términos regulatorios, la Unión Europea los clasifica bajo la categoría CMR (Cancerígenos, Mutagénicos o Tóxicos para la Reproducción). Dentro de esta clasificación, un ingrediente puede pertenecer a una de estas categorías según el nivel de evidencia científica:
📌 Reducción de la fertilidad: Puede afectar la producción de espermatozoides en hombres o la ovulación en mujeres.
📌 Riesgo de malformaciones congénitas: Si una mujer embarazada usa un producto con estos ingredientes, puede afectar el desarrollo del feto.
📌 Alteraciones hormonales: Algunos ingredientes interfieren con el sistema endocrino y pueden afectar la pubertad, el ciclo menstrual o la calidad del esperma.
En la UE, si un ingrediente es clasificado como tóxico para la reproducción 1A o 1B, es prohibido o severamente restringido en productos cosméticos. En Latinoamérica, muchos de estos ingredientes aún son permitidos, aunque algunos países han empezado a regularlos.